El domingo pasado el equipo masculino dio una demostración de lo que es jugar un partido con ese fruto avícola que a muchos les falta para dejar comentarios anónimos y que nuestros jugadores desparramaron a lo largo del partido. Triunfazo sobre el equipo de Económicas que venía invicto. A continuación la crónica.
La previa del partido fue sin precedentes: Caravanas de policías escoltaban a nuestros jugadores, un operativo policial numeroso se había dispuesto en las inmediaciones del estadio para tratar de evitar posibles enfrentamientos, dado que se había vivido una semana tensionante, con mensajes anónimos, malos augurios y quien sabe qué otra treta. Algunos dicen haber encontrado una gallina cortada en la escalinata de la Figueroa Alcorta, rodeada de maiz y con velas negras. Después se confirmó que era un ordenanza que tuvo una noche romántica con una noviecita suya...
Lo cierto es que en el ambiente se respiraba tensión, el aire se hacía espeso, más que nada por los puestos de chori que arrancaron tempranito con el fuego. El estacionamiento no daba abasto y en el estadio no cabía un alfiler. Y entonces fueron llegando ellos, nuestros representantes (el mío no, se quedó arreglando una posible transferencia a Alemania...). Hubo una charla previa llena de aliento (etílico no, por suerte) y el equipo salió como un lobo hambriento que buscaba sustento. Tal era el nerviosismo que en los primeros minutos se apoderó de nuestros muchachos, que arrancamos 2-0 abajo. Pero fue la única vez que el equipo fue perdiendo. Fue como cuando Rocky escuchaba los gritos de Adrian, el equipo pidió que le corten el párpado y salió a tomar el toro por las astas. Rápidamente aparecieron las conversiones y, lo que es mejor, una defensa que desafía a los mismos All Blacks, durísima como pocas veces se la vio, obligando al rival a equivocarse o a probar desde lejos. El equipo estaba aceitadísimo, siendo rápido tanto para ir como para volver, cortando contragolpes y poniendo todo el lomo en pos del triunfo. Así fue como el equipo se fue al descanso con un parcial de 9-6.
Y en el entretiempo fue fundamental el mantener la vista en el objetivo y tratar de no dormirse como en el anterior partido, donde arrancamos con una diferencia similar y terminamos penando en el calabozo de la derrota. Y así salió, parafraseando a Flanders, como una turba iracunda sedienta de triunfo. Es cierto que se aflojó un poco en la marca en el segundo tiempo, pero fue todo por el desgaste sufrido en el primero, pero dicha falencia fue traducida en otra cosa que venía faltando: Definición y no desesperarnos con cada ataque, trasladar la pelota y pasarle la desesperación a los otros. Así se abrieron los espacios y como un tiburón, en cuanto vieron por donde sangraba la herida, atacaron. Facu volvió a calibrar la mira, Juanjo vino tarde pero se trajo consigo un par de lindos goles, Mariano descargó bronca en cada tanto convertido, yo por fin pude atajar un penal (Por más que en el rebote me hicieran el gol, me sumó puntos...), el equipo fue eso, un EQUIPO donde todos tenían claro el objetivo y todos tiramos para el mismo lado. El resultado se dio en el score: 19-13 y asunto terminado
Qué domingo, señores! Un 19 a 13 que fue lapidario, que se hizo eco en todos los hogares argentinos y en todo medio habido y por haber, una demostración de garra, un festival de coraje traducido en esos números. Dicen que ese domingo también hubo un resultado igual, con protagonistas de similares agallas y coraje, pero bueno, de eso se hablará en un blog de rugby. Acá se habla de Los Buitres que demuestran en la cancha que tienen todo lo que hay que tener para pasar a semifinales...Falta un sólo pasito...
Porque parafraseando al General: Lo nuestro es hechos, no palabras...
La previa del partido fue sin precedentes: Caravanas de policías escoltaban a nuestros jugadores, un operativo policial numeroso se había dispuesto en las inmediaciones del estadio para tratar de evitar posibles enfrentamientos, dado que se había vivido una semana tensionante, con mensajes anónimos, malos augurios y quien sabe qué otra treta. Algunos dicen haber encontrado una gallina cortada en la escalinata de la Figueroa Alcorta, rodeada de maiz y con velas negras. Después se confirmó que era un ordenanza que tuvo una noche romántica con una noviecita suya...
Lo cierto es que en el ambiente se respiraba tensión, el aire se hacía espeso, más que nada por los puestos de chori que arrancaron tempranito con el fuego. El estacionamiento no daba abasto y en el estadio no cabía un alfiler. Y entonces fueron llegando ellos, nuestros representantes (el mío no, se quedó arreglando una posible transferencia a Alemania...). Hubo una charla previa llena de aliento (etílico no, por suerte) y el equipo salió como un lobo hambriento que buscaba sustento. Tal era el nerviosismo que en los primeros minutos se apoderó de nuestros muchachos, que arrancamos 2-0 abajo. Pero fue la única vez que el equipo fue perdiendo. Fue como cuando Rocky escuchaba los gritos de Adrian, el equipo pidió que le corten el párpado y salió a tomar el toro por las astas. Rápidamente aparecieron las conversiones y, lo que es mejor, una defensa que desafía a los mismos All Blacks, durísima como pocas veces se la vio, obligando al rival a equivocarse o a probar desde lejos. El equipo estaba aceitadísimo, siendo rápido tanto para ir como para volver, cortando contragolpes y poniendo todo el lomo en pos del triunfo. Así fue como el equipo se fue al descanso con un parcial de 9-6.
Y en el entretiempo fue fundamental el mantener la vista en el objetivo y tratar de no dormirse como en el anterior partido, donde arrancamos con una diferencia similar y terminamos penando en el calabozo de la derrota. Y así salió, parafraseando a Flanders, como una turba iracunda sedienta de triunfo. Es cierto que se aflojó un poco en la marca en el segundo tiempo, pero fue todo por el desgaste sufrido en el primero, pero dicha falencia fue traducida en otra cosa que venía faltando: Definición y no desesperarnos con cada ataque, trasladar la pelota y pasarle la desesperación a los otros. Así se abrieron los espacios y como un tiburón, en cuanto vieron por donde sangraba la herida, atacaron. Facu volvió a calibrar la mira, Juanjo vino tarde pero se trajo consigo un par de lindos goles, Mariano descargó bronca en cada tanto convertido, yo por fin pude atajar un penal (Por más que en el rebote me hicieran el gol, me sumó puntos...), el equipo fue eso, un EQUIPO donde todos tenían claro el objetivo y todos tiramos para el mismo lado. El resultado se dio en el score: 19-13 y asunto terminado
Qué domingo, señores! Un 19 a 13 que fue lapidario, que se hizo eco en todos los hogares argentinos y en todo medio habido y por haber, una demostración de garra, un festival de coraje traducido en esos números. Dicen que ese domingo también hubo un resultado igual, con protagonistas de similares agallas y coraje, pero bueno, de eso se hablará en un blog de rugby. Acá se habla de Los Buitres que demuestran en la cancha que tienen todo lo que hay que tener para pasar a semifinales...Falta un sólo pasito...
Porque parafraseando al General: Lo nuestro es hechos, no palabras...
3 comentarios:
Sólo puedo decir, "Bravo, Bravo, vamos derecho carajo!!!"
Es un orgullo seguir pegando para Derecho, Vamos la Marca CHE!!!!!
se solicita el paradero de la número 4 de sociales... quienes tengas información rogamos llevarla al asado...
Publicar un comentario