lunes, 23 de junio de 2008

Empate con una docena de...

En otro partidazo, el equipo de Derecho empató en 11 con Económicas jugando con 6 todo el partido. Eran 6, pero pusieron todo lo que había que poner y casi que se gana. El resumen que seguramente no le hará justicia a tamaño match, a continuación.

La niebla de la mañana era más espesa que la del cuento de Stephen King (cuya adaptación cinematográfica recomiendo). Pero tras el manto de niebla habitaba otro peor, el manto de las dudas: Diego (próximo a cambiar para el equipo de Seba y mío) tuvo su merecida despedida de soltero, Mariano lo acompañó, no vaya a ser cosa que se le de de nuevo por cabecear autopistas. Dos bajas confirmadas. A los pocos minutos, Augusto llama para informar que su auto, finalmente, se había decidido a huir del mundo de los vivos justo esa misma mañana. Hammy (Lucho para el resto del planeta Tierra) andaba con problemas familiares (suerte con lo de tu abuelo!) y también era baja confirmada. Jaguar y Juanjo no daban señales de vida. El panorama pintaba tenebroso...

Néstor, que venía de una noche en vela, no por la ansiedad del partido, sino porque estaba sin luz en la casa, miraba nervioso la puerta, a la espera de buenas noticias. Caigo yo, a los minutos Seba (Rozando la hipotermia por desafiar a la naturaleza yendo a la cancha en bici) y Martín (que se vino con un broncoespasmo bajo el brazo). Eramos 3. No daba ni para un partidito de truco. Al toque cae Lucas y, mientras intentábamos mitigar el frío al trote, asomó Facu. Eramos 5. Con igual cantidad de gente, el CBC había caído ante Ingeniería por 21-7 minutos atrás. Era posible encarar el partido, la confianza estaba, pero igual 2 hombres menos no es joda. Cuando estábamos terminando el calentamiento, aparece de entre la niebla Augusto que, taxi mediante, dejó las lamentaciones hacia su auto en la casa y vino a descargar bronca y a aportar lo que sabe por la causa. Eramos 6. La confianza era otra...

El equipo de Económicas estaba entero, incluso mostraba 2 suplentes, pero si de algo saben nuestros muchachos es de desafíos, así que salieron a poner todo, aunque la matemática se emperre en hacerles creer que tenían uno menos. El partido, qué digo partido, el partidazo que se vivió en el Estadio Unico fue para alquilar balcones, sillas, banquetas, lo que tengan a mano. Igual, la acción fue tan cambiante que no daba ni para sentarse.

Así fue como a base de un 5-0 rabioso, Derecho aguantaba los embates de los de la escuela de Chicago (?) y respondía cada ataque con otro de igual o mayor intensidad. Por el otro lado, la defensa planteada por los chicos de amarillo era un 5-1, con una personal rabiosa sobre Seba. tan rabiosa fue que su marcador, el Nº8, se fue 2 minutos afuera y se ganó una amarilla, todo en el primer tiempo. Por si no lo tienen registrado, es el mismo jugador que en la final lo bajó a Facu de manera alevosa. El partido era de palo y palo, con goles y atajadas de ambos lados en partes iguales. Si había uno de menos, no se notaba, a pesar de la inferioridad numérica el equipo se las arreglaba para generar peligro en el arco rival, e incluso cargar de infracciones a los rivales. Pero el sufrimiento siempre saca entrada para ver a Derecho, y fue así que en una contra que nació en las manos de Martín que estuvo gigante cortando un avance, él mismo encaró al arco, le cobraron doble y como siguió la jugada luego de dada la orden, lo echaron 2 minutos. Eramos 5. A aguantar los trapos...

Terminó el primer tiempo, con un parcial de 5-4 en favor de Eco. Nada mal, pensando en cómo se dieron las cosas. Pero eso no bastaba. Este equipo tiene hambre de gloria y por eso salió el segundo tiempo a buscar el triunfo. Así fue que en la primera jugada, se logra el empate y así fue hasta la mitad del segundo tiempo, donde el sol se quiso ocultar un poco y Eco sacó una diferencia de 2...Entonces, apelando a las reservas de energía de vaya uno a saber dónde, el fuego sagrado se hizo presente y como una fiera herida, los 6 se hicieron grandes. Se multiplicaron las marcas, se potenciaron las atajadas, el ataque era rozando lo kamikaze y así, con el cuchillo, ma qué cuchillo, con la katana entre los dientes, el equipo aguantaba e iba por más. Y así, a 3 minutos del final, se puso a 1 y con un penal a favor. Tiempo pedido por la gente de Económicas, que no paraba de sacar calculadoras, integrales y derivadas y el resultado era el mismo: Del otro lado eran 6, la matemática es exacta, pero parecían el doble.

Y esos tres minutos, mamita...Seba cambia el penal por gol, ataca Eco y la bocha se pierde en mis manos, sale el ataque y Facu, elevándose cual Icaro hacia el sol, estrella el balón el el trabesaño. Quedaba tiempo para una más y era de Eco...Salen jugando rápido los de amarillo y cuando el 8 se llenaba la boca de gol, mi rodilla se interpuso entre la red y la pelota, la cual terminó en la mitad de la cancha, en manos de Martín, que si iba al gol, cuando recibe una falta, en el momento justo que los árbitros pitan el final. El tiro libre se hizo, la barrera dijo no, pero el deber estaba cumplido. El invicto se mantuvo, gracias a 6 que pusieron lo que había que poner, una docena de "ganas" y todo el cuerpo al servicio del equipo.

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