lunes, 19 de noviembre de 2007

Domingo 18/11, Capítulo I: El día que los chicos volvieron a ser primeros

De Izq. a Der.: Yo (El burro por delante, o sea Huguito), Mariano, Diego, Matías, Augusto, Néstor (El Gran DT).
Abajo: Juanjo, Martín, Gonza, Facu y Seba.


Parafraseando a Neruda, puede escribir los versos más felices esta tarde. Escribir, por ejemplo, el torneo está acabado y lo terminaron gnando los pibes de Derecho. Si, señores, Derecho volvió en handball Masculino a ocupar el primer puesto, a fuerza de un buen trabajo en equipo, y de poner lo que en las finales nunca debe faltar: Coraje.

El partido empezó con un ida y vuelta, pero la buena defensa de la que vino haciendo alarde nuestro equipo en los últimos partidos dijo presente en este último también y le cerró los caminos a este muy buen equipo que fue Económicas, al cual obligaban a tiros forzados o a terminar pisando el área. Si, yo saqué un par de bolas buenísimas, déjenme que me pegue una duchita de gloria (?). Y lo que en defensa era una pared, en ataque se transformaba en una lanza que cada vez que llegaba dañaba. Un Juanjo intratable se paseaba por la punta y de sus manos salían misiles que sólo buscaban la red. También hubo efectividad a la hora de los penales de la mano del Sr. Lenci. Así fue como el primer tiempo terminó en un 8-1, la marca más baja en cuanto a goles recibidos en un partido de los que me tocó vivir desde adentro.

El segundo tiempo la gente de Económicas salió con todo decidida a acortar diferencias. Pero ese ímpetu por achicar el marcador no fue entendido por todos por igual, ya que el jugador Nº6 de la escuadra terminó cometiendo una falta gravísima (patada voladora como método defensivo no creo que merezca otra denominación...), lo que no sólo le valió la expulsión, sino que pudo haber sido peor, ya que la situación terminó con Facu cayendo e impactando contra el arquero rival, que fue el que se llevó la peor parte. Por suerte, salvo esa escaramuza, el resto del encuentro se jugó fuerte, pero con respeto hacia el rival de ambos lados. Los minutos fueron pasando y el equipo se fue retrasando, perdiendo varios tiros que terminaron en contras rivales y en penales, materia en la cual siempre me voy a marzo. El rival empezó a cambiar penal por gol y las diferencias, en efecto, se fueron acortando, a lo que sumó tiros desde afuera de su mejor jugador en cancha, el Nº2. Pero el equipo siguió metiendo y metiendo hasta el final. Juanjo se mandó una jugada maradoneana al arrancar casi de la mitad de la cancha, eludir al rival y terminar definiendo al segundo palo, con avioncito incluído. Una joya. Eco arremetía y Derecho bancaba la diferencia. Cuando los segundos estaban agotándose en el reloj, la pasión pudo más y Martín terminó sacándose la camiseta en el banco, por lo que terminó recibiendo una sanción de Babu, que estuvo más papista que el papa. La ansiedad nos comía la cabeza a todos.

Hasta que empezamos a sentir unos gritos desde la mesa. Eran las chicas, iniciando la cuenta regresiva: 8,7,6,5,4,3,2,1, y estalló el estadio. Un grito contenido desde hace años se hizo eco en todo Ciudad y el equipo se fundió en un abrazo en la mitad de la cancha. El sueño, por fin, se había echo realidad. Atrás quedaron los partidos complicados, los puntos perdidos en los últimos segundos, la suerte esquiva, los accidentes: Ahora todo era alegría. Martín sacó el espumante y bañó a todo el equipo con ese néctar que destila triunfo. Derecho en caballeros volvía al primer puesto. La vuelta olímpica nos encontró rodeados de aplausos, lo que se agradece, nuevamente, a todos y cada uno de los que nos fueron a apoyar. Otra vez primeros. Otra vez CAMPEONES!!

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